Al finalizar el siglo XV,
la península ibérica se convirtió en el centro del mundo
económico y político. Los grandes comerciantes, banqueros,
navegantes, cosmógrafos y científicos orientaron su interés
hacia España y Portugal, países en ese encaminará al triunfo y a
la riqueza cuando las exploraciones marítimas pusieron bajo
dominio sorprendentes continentes americano y africano
respectivamente.
Un interés mercantilista
prevalecían los individuos, pues buscaba hacer grandes negocios
y llevar una vida más práctica. Este afán de intensificar una
economía monetaria y crediticia por toda Europa para uno de los
rasgos más sobresalientes del hombre renacentista. En él había a
la concepción de la vida, en cuyo centro se encontraban el
hombre mismo y su vida terrenal; le interesaban las cosas
inmediatas y prefería las riquezas de este mundo.
Del lejano Oriente llegaban
a Europa artículos considerados de primera necesidad, las
especias, los productos medicinales y artículos de lujo. Los
comerciantes italianos y turcos controlaron el Mediterráneo y
las rutas terrestres.
Ante continuo aumento de
precios e impuestos, los países de Europa occidental buscan
liberarse de todos aquellos que monopolizaban la actividad
comercial, promoviendo el descubrimiento de una nueva ruta que
los condujera al oriente, ya fuese por el Atlántico o bien
costeando el África. Esta idea cobró mayor fuerza cuando los
turcos otomanos se apoderaron de Constantinopla en 1453 y con lo
cual controlaron las operaciones mercantiles.
Enrique el navegante, rey
de Portugal, apoyos diversos viajes al sur de las Canarias con
el fin de encontrar una nueva ruta hacia la india que bordea el
África. Por su parte, los reyes de España, Fernando e Isabel,
aceptaron respaldar el proyecto de Cristóbal Colón, que
consistía en alcanzar la india atravesando el océano, una ruta
distinta de la que buscaban los portugueses, pues anhelaba la
gloria y el poder en Europa, así como el deber de combatir a los
infieles y convertir al cristianismo a miles de bárbaros e
idólatras que habitaban en la india. Este ya cristiano marco la
política practicada por los monarcas tanto en España, sus nuevas
posiciones de ultramar.
Durante el sigloXVI, los
misioneros desarrollaron extensos estudios sobre las culturas
prehispánicas; entre ellos figura el franciscano fray Toribio de
Benavente y el dominico Bartolomé de las casas, quien mostró la
crueldad de los conquistadores y de las encomenderos sobre la
población indígena.
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Siendo
los cronistas europeos, hombres del renacimiento, su conducta y
sus escritos corresponden a cierto patrón general vigente en su
época, el cual, rompiendo con las manifestaciones de la edad
media, se caracterizó de esta manera.
En
cuanto al contenido
-
Se exalta el
individualismo y el libre albedrío.
-
Se siguen los
modelos italianos que ponderan la literatura clásica.
-
Los escritores
son hombres inteligentes, versátiles y preocupados por su
problemática social.
-
Surge espíritu
crítico y el humanismo.
-
Los artistas
sienten el afán de perpetuar su obra y su memoria.
-
El pueblo,
ante la imposibilidad de imitar las hazañas guerreras, se
inclina por las novelas de caballería y el romancero,
convirtiéndolos en sus lecturas favoritas.
En
cuenta la expresión
-
En la palabra
escrita se mezcla tanta el habla erudita como la popular.
-
Se evitan los
sonidos fuertes.
-
Los escritores
deben ser claros y precisos.
-
El lenguaje
debe ser enriquecido con los diversos matices del
significado de los términos, o bien, incorporando palabras
nuevas.
Como
la mayoría de los conquistadores eran gente del pueblo, en su
hablar prevalecen costumbres arcaicas, por ejemplo:
-
Emplean
palabras iniciadas con f en vez de h (fijo y
no hijo).
-
También el
género de ciertas voces (la mar, la calor, la puente).
-
Una
preposición y pronombre (desta, della).
-
Usan aún
términos medievales como ansi o ansina, ciudad,
arrempujar, apoquinar, cantar (mirar), nacencia,
chispar (zafar).
-
Alternan la
conjunción y con su antecesor e.
-
En la
conjunción de los verbos, que también muestra de polaridades
especiales, frecuentemente el pronombre va antes del verbo,
o sea proclítico (se haber); o bien, se aglutina con
el pronombre (facételo).
-
La terminación
en ll y o a prevalece (hacello, tomallo).
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De la conquista a la fecha
media casi cinco siglos de distancia. Gracias a los "cronistas
de las Indias", podemos ahora llegar a conocer algo de la
conducta de los conquistadores. Sabemos del valor y la osadía
con que algunos arriesgaron sus vidas en peligro sus aventuras.
De otros, vemos vicios, ambición y crueldad. También tenemos
noticia de los sentimientos humanitarios, del generoso
desprendimiento, de la piedad, la caballerosidad y la hidalguía
de los buenos misioneros. Asimismo, conocemos algo sobre los
conquistadores.
Siendo muchos y muy interesantes los
"cronistas de las Indias", solamente elegimos a los más
representativos, tomando en consideración la variedad de tema ya
que, con frecuencia, los asuntos se repiten.
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