Nace
en Valdepeñas como hijo ilegítimo o bastardo de un
indiano. Su padre, con propiedades en Nueva España,
regresó a México en 1564. Balbuena se quedó en España
con su madre y en 1584 pidió "licencia" para viajar a
México donde llega con 22 años, vive con su padre algún
tiempo y se ordena sacerdote. Esta larga separación de
su padre se trasparenta en el tema de la orfandad,
principal hilo narrativo de la leyenda de Bernardo del
Carpio que habrá de narrar años más tarde en su gran
poema de épica culta Bernardo del Carpio o la Derrota
de Roncesvalles. En 1585 gana un concurso poético y
se instala en Guadalajara; vuelve a ganar otro concurso
o certamen en 1590 y en 1592 es nombrado capellán de la
Audiencia de Guadalajara, donde empieza su gran poema el
Bernardo, terminado diez años después. Balbuena
vive largo tiempo en el reino de Nueva Galicia
(correspondiente a los estados mexicanos de Jalisco y
Nayarit), y reside en un pequeño y aislado pueblo
cercano a Compostela, San Pedro Lagunillas. Ya de España
traía Balbuena un buen bagaje cultural y, como señala
Rojas Garcidueñas, había preparado con mucha antelación
y muy ambiciosamente su carrera eclesiástica.
En 1593 escribe
Balbuena la Grandeza mexicana, amplio poema en
tercetos encadenados en elogio de la capital del
virreinato. El libro aparece en 1604 dedicado a Doña
Isabel de Tobar y Guzmán, de quien el poeta estaba
enamorado. Pero Balbuena tiene ambiciones de otro tipo y
viaja en 1606 a Madrid para ya no volver a México,
aunque siempre tendrá recuerdos para la tierra donde
pasó largos años. Así, aunque vive brevemente en Madrid
y se doctora en teología por la universidad menor de
Sigüenza en 1607, publica en 1608 su novela pastoril
Siglo de Oro en las Selvas de Erífile, en la figura
un pequeño elogio de México, y que sale en dos
emisiones, una de ella con un prólogo del dramaturgo
Antonio Mira de Amescua, también bastardo como Balbuena,
que, aparte de elogiar la obra, aprovecha para hacer un
profundo análisis del género. El libro, posee una prosa
poética excelente, entreverada de églogas y sonetos que
no desmerecen al mismo Garcilaso y que el poeta había
compuesto con anterioridad; sin embargo, apenas posee
excusa argumental y supone una vuelta a los modelos
italianos del género, cuando ya la novela pastoril se
había castellanizado merced a la obra de Gaspar Gil
Polo. Empieza a verse en esta obra que el talento
descriptivo (ut pictura poesis) es el fuerte como
poeta de Balbuena, quien recurre con frecuencia a la
hipotiposis y a la ecfrasis. En 1608 logra Balbuena que
lo nombren abad de Jamaica, donde llega en 1610. Su
intento por convertir Jamaica en obispado fracasa, pero
en 1623 alcanza altas jerarquías y es nombrado obispo de
Puerto Rico; arriba a la isla en 1626, y escribe un
informe sobre la isla, donde entre otras cosas se
escandaliza por el grado de consanguinidad que encuentra
en la misma; antes ha sido durante dos años provincial
de Santo Domingo.
El Bernardo,
escrito como ya se ha visto entre 1592 y 1602, y que
intentó publicar en España con anterioridad, aparece al
fin en Madrid en 1624. Una incursión del pirata holandés
Balduino Enrico destruye su casa y biblioteca en la
capital de la isla San Juan, perdiéndose gran parte de
sus obras, por ejemplo, La alteza de Laura. Muere
Balbuena en San Juan en 1627, el mismo año que Luis de
Góngora. Su idea de la poesía se conoce a través de la
Introducción al Bernardo y el Compendio
apologético en alabanza de la poesía, y radica en
una concepción casi parnasiana de la belleza formal.
Dentro de sus obras podemos encontrar las siguientes:
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